El otro día una apreciada alumna me pregunto donde recargaba la energía para las clases y las personas que venían por aquí.
Vivenciando esa pregunta llego a la conclusión de que me recargo en la naturaleza. De todo lo natural.
Siento este sol de otoño en mi piel acompañado de una ligera brisa y eso me recarga, tambien tocar y oler las ultimas flores o las hojas verdes… mirar como se mueven los árboles y sentirlos… sacar la mano por la ventanilla y percibir el aire cambiante cálido o fresco según la altitud… pararme y dedicarme a observar a las personas, los animales… esperar a que llegue una ola que refresque mis pies…reirme y ver a la gente reir y…claro, haciendo yoga ; )
Siguiendo tu ejemplo (como tantas veces) me he parado a pensar donde encuentro yo esos momentos en los que por estar la consciencia tan activada, la energía llega casi de manera inmediata. Pues mis momentos son: Los perfumes de las noches estivales, entre calor y fresquito mezclado con el refrescante aroma del césped que en algún jardín cercano están regando. Me encanta también ese micro segundo en el que muerdes un trozo de pan tostado y cruje.. No solo me encanta por el sonido sino por el tacto de los pedacitos. Por último he descubierto que me sigue chiflando acabar una bebida y dejar caer el hielo que todavía no se ha derretido. Que divertido notar el frio el los labios , abrir la boca y engullirlo, sabiendo que mama no está cerca y nadie te dirá.. ¡ Eso no se hace!!.