Ya hemos comenzado nuestras sesiones.
Antes del verano hicimos todo un recorrido en profundidad del saludo al sol. Paso a paso, postura a postura, adentrándonos en esa energía de luz, de verano… preparándonos para esa etapa donde estamos menos en casa y mas en el mundo social.
Ahora en este comienzo de sesiones llega el otoño y, con él, el saludo a la luna nos acompaña muy bien. Nos invita a la introspección, a la oscuridad, a encontrarnos con nosotros y nuestras casitas.
La energía de la luna nos ayuda a hacer este proceso inverso al que hicimos antes del verano por eso ahora vamos a desglosar este saludo, postura a postura , semana tras semana, recorriendo este otoño.
Si saludos al sol hay muchos saludos en bibliografía, saludos a la luna mas. Ella es sinuosa, volátil… y su saludo también 🙂
Esta semana nos hemos encontrado con su energía global. Esta energía lunar o yin es la que nos dá la calma, la lentitud, la sencillez.
Nos hemos visto jugando por la sala, saltando de una esterilla a otra de diferentes maneras y con varias dificultades. Un poco como nuestra vida fuera. Llena de gente, líos, corriendo de un lado hacia otro. Después de este correteo, hemos vuelto a nuestra esterilla y nos hemos concentrado en ver como todo se iba calmando… la respiración, el latido, el movimiento interno… eso nos cuesta verlo en la vida cotidiana. Nos cuesta entender ese proceso de calmar y esta semana hemos hecho consciente ese cambio desde la actividad al reposo… escuchando, dándonos el tiempo para ver el yang y como iba pasando al yin. Este es un bonito cambio que a veces no nos permitimos. Nos hemos identificado mucho con ese «modo» actividad y no nos conectamos a nuestra calma pero es necesaria. Igual que la noche y el día, el reposo es necesario para la actividad. A veces se nos ha olvidado esta energía, no la encontramos, se nos ha perdido y estoy en la rueda de más y más y en el «no puedo parar». Eso hemos aprendido esta semana. Ver como paramos en nuestra esterilla, nos enseña a parar en lo demás.
Las posturas para despertar esta energía también se han profundizado esta semana, hemos trabajado la cadera pues abre energéticamente la zona del abdomen pues esta donde está ubicada la energía femenina. Flexibilizando la cadera, podemos despertar esta energía de calma, femenina y por eso cuando perdemos energía femenina(climaterio) perdemos flexibilidad en la cadera, nos masculinizamos. Hemos revertido este efecto esta semana y lo seguiremos haciendo.
Ahora hay un tipo de yoga que se llama yin yoga. Está muy bien, necesitamos conectar bien con esa energía porque no nos resuena en esta sociedad de la prisa… pero el yoga es todo. Yang y yin. Actividad y reposo. Mundo exterior e interior. No elegir uno de los dos, porque los dos están bien. Tener nuestra capacidad de estar en el mundo, activos, eficaces, es bueno y también la calma, quietud e introspección. El yoga clásico trabaja a los dos y lo hace a través de las asanas. Una partes activas para que otras estén relajadas. Juntos, sincronizados. Siendo capaces de discernir estos dos estados en uno. Teniendo los dos y permitiendo encontrar el equilibrio entre contracción, relajación, calma y actividad.
Podemos, en la asana, atender a uno de los aspectos y luego al otro, para poco a poco comprender que la asana, con esa intención, intenta unir esos dos mundos aparentemente opuestos.
Siempre en cualquier estado de quietud hay actividad, en la inmovilidad total nuestra sangre sigue en movimiento. También el la actividad, hay calma…quizá simplemente no la hemos encontrado hasta ahora.
El trabajo físico que hemos hecho se ha podido completar con la respiración. La expulsión invita a esta energía lunar mientras que la inspiración a la actividad. Aquí tenemos una buena herramienta si no puedes parar.. expulsa, o si te cuesta comenzar la actividad juega con las inspiraciones… quizá ya lo estés haciendo y ahora simplemente te dás cuenta de la herramienta que tienes.
Namaste.