«Mediante una ceremonia secreta, dispongo la mente y el alma para recibir la primera frase en trance, así se entreabre una puerta que me permite atisbar el otro lado y percibir los borrosos contornos de la historia que espera por mí. En los meses siguientes cruzaré el umbral para explorar esos espacios que, poco a poco si tengo suerte, los personajes cobrarán vida, se harán cada vez mas precisos y reales, y se me irá revelando el cuento. Ignoro como y por qué escribo, mis libros no nacen en la mente, se gestan en el vientre, son criaturas caprichosas con vida propia, siempre dispuestas a traicionarme. No decido el tema, el tema me escoge a mí. Mi labor consiste en, simplemente, dedicarle suficiente tiempo, soledad y disciplina para que se escriba solo.»
No puedo encontrar mejor manera para describir como me siento cuando estoy en la buhardilla creando las sesiones de yoga que con estas magnificas palabras…. después de 13 años hasta me parece sentir a esa hadita que me susurra al oido:)
Namasté.