Lindas asanas.

Hace tres semanas hicimos una sesión donde trabajábamos uno de los elementos para que una postura sea una asana de yoga. La respiración. Observábamos como la respiración fluye  y se mueve de diferente manera durante la sesión. Mas superficial al principio y ganando en protagonismo y plenitud al final, para llegar a la respiración completa en la relajación.

La semana pasada trabajamos otro de los elementos inherentes a una asana: el estiramiento. Las asanas, para ser consideradas como tal, deben estirar el/los músculo/s para llevarlo/s a su tamaño normal en el caso de que estas fibras estén acortadas o alargar mas allá de su longitud en estado de reposo. Este estiramiento del músculo va a estirar el nervio asociado a él generando un  neurotransmisor que viajará al cerebro primitivo para indicarle que no hay peligro, pues los músculos están estirados. Además del nervio también se estira el vaso linfático asociado a ese músculo por lo que nuestro sistema inmune se equilibrará. Esto lo podemos notar en una práctica continuada, pues los catarros se irán espaciando así como las alergias disminuyendo.

Esta semana abordamos otro elemento de las asanas: la relajación. Para que una postura sea una postura de yoga, conectamos con ella y la recorremos en su realización para ver que músculos necesitamos en estado de contracción y que músculos pueden relajarse y diferenciamos claramente entre músculos  en estado de elongación y en  contracción. Cuando diferenciamos estos dos estados musculares podemos entender mejor el cuerpo y comunicarnos en mayor armonía con él.

Para que una postura sea una asana necesitamos estos tres elementos: respirar conscientemente como la postura nos invita a hacer, alargar los músculos incluso mas allá de su distancia normal y mantener el mayor número de músculos relajados manteniendo la postura.

Con estos elementos la asana se vá alargando y acaba haciéndose sola. Ahí es cuando puede ampliarse nuestra mente, porque estamos haciendo la sesión desde el estar en la postura y no desde el hacer o conquistar la misma.

Namasté.