Un tiempo con esclerosis múltiple

Ya llevo un tiempo con este nombre asociado al mío propio. 12 años. Y veo este el momento de una reflexión… una retrospectiva.
Comencé el camino asustada, con un médico diciendo “ qué apostamos a que es esclerosis múltiple?” que se clavó en todo mi ser y me dejé llevar por los miedos de aquellos que me lo inculcaron.
Mi primer brote fue la falta de visión… eso es inquietante para una chica recién terminada la carrera de veterinaria y con ganas de comerse el mundo. Problemas de fuerza en el lado izquierdo hicieron confirmar el diagnostico. Mi imagen de queridas personas en el estado avanzado de la enfermedad no me dejaban dormir y mi inquietud por una posible pérdida de consciencia en estadios mas avanzados, me bloqueaba por completo. Pero teniendo claros estos conceptos y con un médico con alma limpia que se dejaba ver trás su serio plante fuí viendo que, a mas caótico se volvía mi exterior, más centrada yo me encontraba, un efecto totalmente invertido.
Recuerdo como la fuerza brotaba en mi interior, y la vida se paraba en pequeños instantes. Apareció de manera clara el concepto de la consciencia, de estar despierto. Estos momentos plenamente conscientes a los que llamo instantes que aparecieron en mi vida y me cambiaron.Pequeños grandes instantes, lleno de presente, de vida, vacíos de pensamientos, llenos de detalles , de sensaciones que no se rigen por el tiempo ni por parámetros que normalmente valoramos en la cotidianidad.
Un ejemplo de esta sensación que creció en mí es aquel momento, acariciando la cabeza de mi padre llorando en mi regazo mientras yo le decía que me compraría la silla de ruedas mas chula del mundo.
Recuerdo otro instante, justo después de una prueba dolorosa y con dolor de cabeza insoportable, mi amiga del alma hablándome de montar un centro veterinario, nunca lo hicimos… pero esas palabras me llegaron con profundo cariño y amor de mi querida amiga. Toda esa visión de futuro, en tan intenso presente que me ofreció en una noche de verano en el merendero y con una linda brisa. Otro instante congelado, atemporal.
En esta fase encontré a la que fue mi pareja por muchos años que me apoyo durante esta fase inicial.
Por supuesto también hay instantes no tan buenos como mi ex suegra diciendo que no era un buen partido y personas asustadas que huyeron. Pero lo bueno es que todo lo que ocurría se veía con una gran nitidez, no existían momentos de bruma, todo era nítido, claro, simple.
Pero la bruma volvía al cabo del tiempo y los instantes desaparecían para de nuevo estar llena de rutina. He observado que cuando viene algún brote todo se aclara otra vez. Es una buena lección que he aprendido, si no hay bruma los brotes no vienen para limpiar.
Me casé, con una boda preciosa que me dio otro bonito instante…la EM me aceleró la vida y quería ser “normal”. Tuve a mi Luz y mi postparto tuvo una bruma intensa…fue un momento difícil donde me agoté, cada día, y recuerdo cuando tuve un brote a los 8 meses de nacer mi hija que pensé que así podría descansar de intentar ser la perfecta madre, también la bruma se disipó en esta ocasión y aparecieron mis queridos “instantes”.

Siempre tuve claro que la medicina convencional se quedaba corta. Pocas cosas estaban tan claras como esa. Por eso empecé mi periplo por la medicina alternativa: kinesiología, homeopatía, acupuntura, nutrición ortomolecular…hasta que encontré la medicina biológica que me cambió por completo. El cansancio que generó mi postparto se esfumó y tras una dieta estricta y muchas muchas pero muchas pastillas y sueros intravenosos tuve la fuerza para volver a sentirme no solo que sobrevivía, sino que también vivía.

Grandes decisiones como darle un hermano a mi hija me hicieron sentir de nuevo la bruma, de nuevo fuera de mí, hasta que el destino me puso claramente la decisión en las narices y elegí.
Es curioso como pensamos que somos tan poderosos que podemos elegir todo en nuestra vida cuando al relajarnos un poco nos damos cuenta que nosotros no elegimos tanto, no dirigimos… hay un hilito invisible por ahí….
Conforme pasaba el tiempo iba sintiendo como la fuerza y el poder iban creciendo en mí y la enfermedad iba siendo mas y mas pequeña. Un brote inesperado pero también relacionado con la visión me hizo reflexionar de nuevo en el trabajo que todavía tenía que hacer. Nuevos amigos aparecieron en el camino, nuevos instantes….
Este brote me hizo sentir que no había dado nunca opción a la medicina convencional y tomé la decisión de manera casi instantánea (con gran satisfacción de mi neurólogo tras insistir cada 6 meses durante 9 años!). Simplemente fue mi momento. Eso lo sientes en tu interior, no porque los demás te lo digan o porque te quieras hacer la fuerte simplemente un día..si.

Muchas personas me han ofrecido instantes, tan intensos que mi vida que ésta cambia con ellos aunque a veces el viento sopla demasiado fuerte….y se ván.Como mi exmarido que hace tres años se fué, otro instante en la vida. Uno de esos problemas donde creces, creces infinitamente, hacia arriba. Tu estrella brilla y se extiende abarcando todos los flancos. Eres tú misma. Vuelves.
Esa relación terminada me dejó a mi hija. Mi Luz. Algo tan bonito como ella. Con orgullo la acompaño por su camino en la vida y ella me la llena de esos grandes “instantes”…increibles.
Una novedosa teoría para la EM llamó mi atención. Yo sentía que la tenía controlada pero aún así me pinchaba cada día con el tratamiento convencional. Esta teoría para la EM coincide en diversos aspectos con mis secuelas y corrobora por qué el yoga ha hecho que mi evolución sea extremadamente favorable. Una reacción en cadena de esas del destino me lleva a realizar un procedimiento quirúrgico leve sin que nadie pueda hacer nada por pararlo…y aquí estoy con mi stent en la vena ácigos.
No sé cuantas de estas cosas han hecho que esté donde estoy, sana, contenta y tranquila. Un compendio de cosas descritas pero claramente destaco el yoga como mi gran herramienta en todos los niveles.
Mi yoga, mi querido yoga, ausente un tiempo por tener una vida tan ocupada de un montón de cosas aparentemente mas importantes….
El yoga ha sido, como ya lo había sido en la infancia, mi herramienta. Desde que mi madre me dijo.. “Vuelve hija… vuelve a conectarte… “desde que ella habló desde su corazón como si fuera el mío, mi estrella volvió a lucir pero ahora, conscientemente.
Hasta hoy, en cada practica, creo granitos de energía para mi día y unos cuantos se quedan de reserva en un saquito. Esta energía me ayuda a relacionarme en el mundo exterior de manera más armónica y me ayudan a adentrarme en mi mundo interior cada vez mas interesante, cada vez con mas ganas de adentrarme en él y que últimamente aflora a raudales…
En todos esos momentos difíciles con la esclerosis, siempre he utilizado la energía de mi saquito, la que he ido acumulando cada vez que hago yoga, energía de reserva que ha hecho que esos momentos estén claramente amortiguados, a nivel físico pero también a nivel mental y espiritual.

Todos tenemos nuestro cisne negro en la vida, una circunstancia que nos cambia por completo, quizá nos reconduce a nuestro destino y aparece porque nos estábamos desviando.
Desde hace ya algún tiempo mi vida es mas un cúmulo de “instantes “con muy pocos momentos de bruma. Vivo llena de consciencia, de presente, de esos pequeños o grandes instantes que no dependen del tiempo ni del espacio. Mi estrella luce. Siempre.
Con Luz,y otro ángel que está  en mi vida, a mi lado.