Os recuerdo que las clases de yoga comienzan el día 3 de septiembre.
Autor: arantxayoga
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Yoga de niños

Este año tengo proyectadas para mis sesiones con los niños unas reafirmaciones para que trabajemos en diferentes bloques a lo largo del año con el fin de afianzar su autestima, encontrar su mundo interior y poder estar en él, encontrar su centro en momentos de crisis, saber escucharse, entender el respeto en su mas amplio aspecto hacia ellos y hacia los demás, reencontrar la autenticidad, limpiarse de egos….Para este trabajo me gustaría estar en contacto con vosotros durante el año, que hablemos de ellos y con ellos. Acompañarles juntos 🙂Si estáis interesados poneos en contacto conmigo a través de mi correo electrónico.
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Fuerza
Hace un tiempo Alicia( si no la conoceís os la presento cuando queraís… hace un yoga muy lindo…)me enseñó una website basada en un arte urbano donde la gente teje y decora las ciudades en las que vive con alegres colores y energía hogareña y familiar.Un taller de tejer habia estado activo un tiempo por aquí pero la idea de una taller de tejer para embellecer nuestro mundo me pareció sublime así que, de nuevo, montamos nuestro taller.
Al poco tiempo tuve un sueño. Uno de esos sueños que son reales y vividos e ilusionan todo tu ser. Soñé con la palabra FUERZA tejida en diferentes y preciosos colores,lo comenté en el taller y tan facil como comentarlo, se hizo. Cada una una letra(hasta Luz) y la palabra fuerza fué hecha. Y colgada. Y preciosa. Y hace su misión, esa misma misión que yo soñé para ella… que la gente la mire, sonría y le dé fuerza por dentro. Fuerza femenina, tanquila, sabia,lenta, madura,feliz.
Gracias chicas.Fuerza!
Namasté. -
NANGIJALA
Estoy leyendo un libro que se llama Hermanos Corazón de León. Trata de dos niños de 8 y 13 años. El mayor es fuerte y lindo, el pequeño está enfermo, sus piernas son débiles y no puede ir al cole.
Un día el pequeño oye a su madre contar que eventualmente acabará muriendo, y al llegar el mayor del cole le expresa todos sus temores con respecto a la muerte que se le avecina.
El mayor le cuenta que no tiene nada que temer porque cuando mueres vas a un país llamado Nangijala y allí puedes ser todo lo que siempre has querido ser.
Vivir en el campo, rodeado de flores, en una pequeña cabaña con un gran fuego, un huerto y bellos caballos para pasear por el valle de los Cerezos (gran valle de Nangijala) El pequeño se anima pero tiene miedo de irse solo y no ver mas a su hermano y a su madre. Lo bueno de irse a Nagijala,le dice su hermano, es que el tiempo allí funciona diferente y cuando aquí son años alli son días.Astrid Lindgren nos muestra una muerte diferente. Una muerte apta y sana.Una muerte que los niños pueden entender.
Entendí la muerte a nivel espiritual gracias al Libro Tibetano de la Vida y de la Muerte (Rimpoché). A nivel practico este libro infantil me ha enseñado tanto…
Se atreve alguien a decir que no existe Nangijala?
Un beso Amparo. Feliz Nangijala.
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Las hijas que son y las que nos gustarían que fueran. Desconocido.
No somos la perfección que proyectamos.He leido un blog de alguien, y no consigo encontrar quién, pero dejo aquí sus sabías palabras… espero os ayuden como madres y padres.
«En un momento soltamos todo nuestro amor incondicional hacia nuestros hijos y al siguiente instante suplicamos por media hora de descanso en el sofá, una lectura o en algunos casos, ver una serie ridícula de televisión.
Vivimos lo que hay en nuestro interior.
No puedes vivir el amor incondicional si no te amas a ti misma incondicionalmente (con las sombras, los egoísmos, las contradicciones…) De la misma manera, no podrás respetar verdaderamente a tus hijos hasta que no te respetes a ti misma, hasta que comprendas (no mentalmente, sino corporalmente) que significa la palabra Respeto (tan de moda en la crianza con apego).
Pero es este caso, quiero hablar de las hijas que son y de las hijas que nos gustarían que fueran. Y voy a usar principalmente «hijas» porque la fusión que las madres sentimos con nuestros retoños, se forja especialmente intensa con las hijas. A ellas les transmitimos nuestra feminidad junto con la de nuestras antepasadas y, en una cadena, será ella quien la transmita a sus propias hijas. Cuando las niñas cumplen los seis años dejan atrás su primera infancia. Al mirar frente a frente a nuestras hijas, nos vemos reflejadas en nuestras carencias, traumas, inquietudes, temores y deseos incumplidos. Muchas hemos dejado nuestro trabajo y nos hemos centrado en dar todo el amor que necesitaban y requería una crianza más humana que la que nosotras mismas tuvimos. Una crianza, eso sí, llena de retos, altibajos, soledad y dolor; pero una crianza mucho más humana que la que nosotras tuvimos. Las hemos cuidado con esmero, les hemos dado pecho a demanda, las hemos arropado y abrazado hasta que ya no podíamos más y, ahora, cuando comienzan a crecer y dejar de ser las bebés dependientes y adorables que eran, miramos con estupor en qué se han convertido: Niñas que juegan con Barbies y Monster High, que les gusta pintarse y hablan de chicos a los siete años. U otras que asisten puntualmente a clase y se creen toda la disciplina escolar (incluso si los padres no se la creen) y enfocan su vida en los conocimientos académicos. Otras, tímidas y pérdidas, como si no pudieran encontrar, a pesar de todos los esfuerzos, la fuerza para salir adelante por sí mismas o las que se vuelven locas por la televisión y las golosinas. Hijas de madres vegetarianas que devoran bocadillos de jamón. Niñas criadas entre algodón orgánico que lloran desconsoladamente delante de una tienda de los chinos. Niñas educadas con apego que presentan miedo escénico o dependencia…
Y las madres de las hijas algo mayores miramos incrédulas a nuestras criaturas sin saber bien qué ocurrió, dónde estuvo el fallo, por qué ella no es como debía ser… ¿Cómo debía ser? Y entonces, una vez más, nuestras hijas, que en verdad son nuestras maestras, nos enseñan la lección. Ellas no han venido aquí para cumplir nuestros deseos ni cerrar nuestras heridas. Ellas están aquí para vivir su propia existencia. No vinieron a ser unas artistas sensibles y creativas por nosotras, ni a cambiar el mundo por nosotras, ni a despreciar las cosas que no nos gustan a los adultos, ni vinieron a ser más espirituales o mejores que nosotras… ¿Quién nos dijo que eso iba a ocurrir? Ni siquiera vienen a estar de acuerdo con nosotras ni mantener nuestros ideales o valores.
Ellas son libres, espíritus de la vida que necesitaron de nuestros cuidados y protección durante los seis o siete primeros años. Ahora necesitan nuestra confianza y amor. Si durante la primera infancia, la base fue el cuerpo, el contacto, la leche y el calor; ahora, a punto de entrar en la pubertad, la base podría ser la aceptación. Aceptar que nuestra hija siente, vive, aprende, ama, desea de manera diferente a como nosotras lo hacemos. Aceptar que no redimiremos nuestro pasado a través de sus actos. Aceptar que la vida se nos ofrece en tonos y no en colores absolutos, que nuestra mirada no es la única, ni la mejor. Aceptar que el amor está por encima de las formas. Y, entonces, quizá las madres habremos aprendido otra lección.
Os dejo con unos versos que leo y releo a menudo.
“Tus hijos no son tus hijos,
son hijos e hijas de la vida,
deseosa de sí misma.No vienen de ti,
sino a través de ti,
y aunque estén contigo,
no te pertenecen.
Puedes darles tu amor,
pero no tus pensamientos,
pues ellos tienen sus propios pensamientos.
Puedes abrigar sus cuerpos,
pero no sus almas,
porque ellos
viven en la casa del mañana,
que no puedes visitar,
ni siquiera en sueños.
Puedes esforzarte en ser como ellos,
pero no procures hacerles semejantes a ti,
porque la vida no retrocede ni se detiene en el ayer.Tú eres el arco del cual tus hijos,
como flechas vivas,
son lanzados.
Deja que la inclinación,
en tu mano de arquero,
sea para la felicidad.”
Khalil Gibra» -
Mi dentista….
Me estoy leyendo un libro sobre como las mujeres se enfrentan ciclo tras ciclo a tener su femeneidad bajo control cuando lo interesante sería integrar nuestra condicion de mujer y adaptarnos a ella en positivo. En «Luna Roja» comenta que antes de la ovulación nuestra creatividad es inmensa, igual que estamos creando un nuevo óvulo podemos crear un montón de cosas mas…es decir integrar.
Como profesora de yoga que he elegido ser, eso es lo que intento con la gente que viene a mis clases, no trabajamos para tener cuerpos perfectos, lo hacemos para aceptarnos tal y como somos y mejorar dentro de nuestra limitaciones sin que ello nos frustre ni desaliente. Integrar.
El dentista al que voy tiene el mismo principio.Pensé que era por su conexión con el yoga desde hace ya mas de 7 años, pero no es solo él, su equipo tambien, de una manera espontánea,hace que integres tu salud dental, que no sea algo ajeno y que alguien tiene que arreglar por tí, que no son fallos algun diente torcido o una caries… ese eres tú, ese es tu cuerpo y te enseñan a integrar tu boca como una parte mas de tí y te pueden mejorar en la medida en la que se pueda, para que estés mas a gusto contigo mismo, pero el trabajo final es tuyo.Como con el yoga…
Namasté.



