Etiqueta: otrapersona

  • Entrevista al Dr. Jorge Carvajal Médico cirujano de la universidad de Andalucía.

    Dr. Jorge Carvajal

    Pionero de la Medicina Bioenergética. Marzo 10, 2009

    La Salud y Las Emociones

     

    ¿Qué enferma primero, el cuerpo o el alma?

    El alma no puede enfermar, porque es lo que hay perfecto en ti, el alma evoluciona, aprende.

    En realidad, buena parte de las enfermedades son todo lo contrario: son la resistencia del cuerpo emocional y mental al alma. Cuando nuestra personalidad se resiste al designio del alma es cuando enfermamos.

     

    ¿Hay emociones perjudiciales para la salud? ¿Cuáles son las que más nos perjudican?

    Un 70 por ciento de las enfermedades del ser humano vienen del campo de conciencia emocional.

    Las enfermedades muchas veces proceden de emociones no procesadas, no expresadas, reprimidas.

    El temor, que es la ausencia de amor, es la gran enfermedad, el común denominador de buena parte de las enfermedades que hoy tenemos. Cuando el temor se queda congelado afecta al riñón, a las glándulas suprarrenales, a los huesos, a la energía vital, y puede convertirse en pánico.

    ¿Nos hacemos los fuertes y descuidamos nuestra salud?

    De héroes están llenos los cementerios. Te tienes que cuidar.

    Tienes tus límites, no vayas más allá. Tienes que reconocer cuáles son tus límites y superarlos porque si no los reconoces, vas a destruir tu cuerpo.

    ¿Cómo nos afecta la ira?

    La ira es santa, es sagrada, es una emoción positiva porque te lleva a la autoafirmación, a la búsqueda de tu territorio, a defender lo que es tuyo, lo que es justo. Pero cuando la ira se vuelve irritabilidad, agresividad, resentimiento, odio, se vuelve contra ti, y afecta al hígado, la digestión, el sistema inmunológico.

    ¿La alegría por el contrario nos ayuda a estar sanos?

    La alegría es la más bella de las emociones porque es la emoción de la inocencia, del corazón, y es la más sanadora de todas, porque no es contraria a ninguna otra. Un poquito de tristeza con alegría escribe poemas. La alegría con miedo nos lleva a contextualizar el miedo y a no darle tanta importancia.

     ¿La alegría suaviza el ánimo?

    Sí, la alegría suaviza todas las otras emociones porque nos permite procesarlas desde la inocencia. La alegría pone al resto de las emociones en contacto con el corazón y les da un sentido ascendente. Las canaliza para que lleguen al mundo de la mente.

    ¿Y la tristeza?

    La tristeza es un sentimiento que puede llevarte a la depresión cuando te envuelves en ella y no la expresas, pero también puede ayudarte. La tristeza te lleva a contactar contigo mismo y a restaurar el control interno. Todas las emociones negativas tienen su propio aspecto positivo, las hacemos negativas cuando las reprimimos.

    ¿Es mejor aceptar esas emociones que consideramos negativas como parte de uno mismo?

    Como parte para transformarlas, es decir, cuando se aceptan fluyen, y ya no se estancan, y se pueden transmutar. Tenemos que canalizarlas para que lleguen desde el corazón hasta la cabeza.

    ¡Qué difícil! Sí, es muy difícil. Realmente las emociones básicas son el amor y el temor (que es ausencia de amor), así que todo lo que existe es amor, por exceso o defecto. Constructivo o destructivo. Porque también existe el amor que se aferra, el amor que sobreprotege, el amor tóxico, destructivo.

    ¿Cómo prevenir la enfermedad?

    Somos creadores, así que yo creo que la mejor forma es creando salud. Y si creamos salud no tendremos ni que prevenir la enfermedad ni que atacarla, porque seremos salud.

    ¿Y si aparece la enfermedad?

    Pues tendremos que aceptarla porque somos humanos. También enfermó Krishnamurti de un cáncer de páncreas y no era nadie que llevara una vida desordenada. Mucha gente muy valiosa espiritualmente ha enfermado. Debemos explicarlo para aquellos que creen que enfermar es fracasar. El fracaso y el éxito son dos maestros, pero nada más. Y cuando tú eres el aprendiz, tienes que aceptar e incorporar la lección de la enfermedad en tu vida. Cada vez más personas sufren ansiedad. La ansiedad es un sentimiento de vacío, que a veces se vuelve un hueco en el estómago, una sensación de falta de aire. Es un vacío existencial que surge cuando buscamos fuera en lugar de buscar dentro. Surge cuando buscamos en los acontecimientos externos, cuando buscamos muletas, apoyos externos, cuando no tenemos la solidez de la búsqueda interior. Si no aceptamos la soledad y no nos convertimos en nuestra propia compañía, vamos a experimentar ese vacío y vamos a intentar llenarlo con cosas y posesiones. Pero como no se puede llenar con cosas, cada vez el vacío aumenta.

    ¿Y qué podemos hacer para liberarnos de esa angustia?

     La angustia no se puede pasar comiendo chocolate, o con más calorías, o buscando un príncipe azul afuera.

    La angustia se pasa cuando entras en tu interiorte aceptas como eres y te reconcilias contigo mismo. La angustia viene de que no somos lo que queremos ser, pero tampoco lo que somos, entonces estamos en el «debería ser», y no somos ni lo uno ni lo otro.

    El estrés es otro de los males de nuestra época. El estrés viene de la competitividad, de que quiero ser perfecto, quiero ser mejor, de que quiero dar una nota que no es la mía, de que quiero imitar. Y realmente sólo se puede competir cuando decides ser tu propia competencia, es decir, cuando quieres ser único, original, auténtico, no una fotocopia de nadie.

    El estrés destructivo perjudica el sistema inmunológico. Pero un buen estrés es una maravilla, porque te permite estar alerta y despierto en las crisis, y poder aprovecharlas como una oportunidad para emerger a un nuevo nivel de conciencia.

    ¿Qué nos recomendaría para sentirnos mejor con nosotros mismos?

    La soledad. Estar con uno mismo cada día es maravilloso. Estar 20 minutos con uno mismo es el comienzo de la meditación; es tender un puente hacia la verdadera salud; es acceder al altar interior, al ser interior.

    Mi recomendación es que la gente ponga su despertador 20 minutos antes para no robarle tiempo a sus ocupaciones. Si dedicas, no el tiempo que te sobra, sino esos primeros minutos de la mañana, cuando estás fresco y descansado, a meditar, esa pausa te va a recargar, porque en la pausa habita el potencial del alma.

    ¿Qué es para usted la felicidad?

    Es la esencia de la vida. Es el sentido mismo de la vida, encarnamos para ser felices, no para otra cosa. Pero la felicidad no es placer, es integridad. Cuando todos los sentidos se consagran al ser, podemos ser felices. Somos felices cuando creemos en nosotros, cuando confiamos en nosotros, cuando nos encomendamos transpersonalmente a un nivel que trasciende el pequeño yo o el pequeño ego. Somos felices cuando tenemos un sentido que va más allá de la vida cotidiana, cuando no aplazamos la vida, cuando no nos desplazamos a nosotros mismos,cuando estamos en paz y a salvo con la vida y con nuestra conciencia.

    Vivir el Presente.

    ¿Es importante vivir en el presente? ¿Cómo lograrlo?

    Dejamos ir el pasado y no hipotecamos la vida a las expectativas de futuro cuando nos volcamos en el ser y no en el tener. Yo me digo que la felicidad tiene que ver con la realización, y ésta con la capacidad de habitar la realidad. Y vivir en realidad es salir del mundo de la confusión.

    ¿Tan confundidos estamos, en su opinión?

    Tenemos tres ilusiones enormes que nos confunden. Primero creemos que somos un cuerpo y no un alma, cuando el cuerpo es el instrumento de la vida y se acaba con la muerte. Segundo,creemos que el sentido de la vida es el placer; pero a más placer no hay más felicidad, sino más dependencia. Placer y felicidad no es lo mismo. Hay que consagrar el placer a la vida y no la vida al placer. La tercera ilusión es el poder; creemos tener el poder infinito de vivir.

    ¿Y qué necesitamos realmente para vivir?, ¿acaso el amor?

    El amor, tan traído y tan llevado, y tan calumniado, es una fuerza renovadora.

    El amor es magnífico porque crea cohesión. En el amor todo está vivo, como un río que se renueva a sí mismo. En el amor siempre uno puede renovarse, porque todo lo ordena. En el amor no hay usurpación, no hay desplazamiento, no hay miedo, no hay resentimiento, porque cuando tú te ordenas porque vives el amor, cada cosa ocupa su lugar, y entonces se restaura la armonía. Ahora, desde la perspectiva humana, lo asimilamos con la debilidad, pero el amor no es débil.Nos debilita cuando entendemos que alguien a quien amamos no nos ama.

    Hay una gran confusión en nuestra cultura. Creemos que sufrimos por amor, que nuestras catástrofes son por amor. pero no es por amor, es por enamoramiento, que es una variedad del apego. Eso que llamamos habitualmente amor es una droga. Igual que se depende de la cocaína, la marihuana o la morfina, también se depende del enamoramiento. Es una muleta para apoyarse,en vez de llevar a alguien en mi corazón para liberarlo y liberarme. El verdadero amor tiene una esencia fundamental que es la libertad, y siempre conduce a la libertad. Pero a veces nos sentimos atados a un amor. Si el amor conduce a la dependencia es eros. Eros es un fósforo, ycuando lo enciendes se te consume rápidamente, en dos minutos ya te quemas el dedo. Hay muchos amores que son así, pura chispa. Aunque esa chispa puede servir para encender el leño del verdadero amor. Cuando el leño está encendido produce el fuego. Ese es el amor impersonal, que produce luz y calor.

     

    ¿Puede darnos algún consejo para alcanzar el amor verdadero?

     

    Solamente la verdad. Confía en la verdad; no tienes que ser como la princesa de los sueños del otro, no tienes que ser ni más ni menos de lo que eres. Tienes un derecho sagrado, que es el derecho a equivocarte; tienes otro, que es el derecho a perdonar, porque el error es tu maestro.Ámate, sincérate y considérate. Si tú no te quieres, no vas a encontrar a nadie que te pueda querer. El amor produce amor. Si te amas, vas a encontrar el amor. Si no, vacío. Pero nunca busques una migaja; eso es indigno de ti. La clave entonces es amarse a sí mismo. Y al prójimo como a ti mismo. Si no te amas a ti, no amas a Dios, ni a tu hijo, porque te estás apegando, estás condicionando al otro. Acéptate como eres; lo que no aceptamos no lo podemos transformar, yla vida es una corriente de transformación permanente.

     

     

     

  • En busca de silencio

    Hace unos meses, los franciscanos de Washington abrieron allí un “Albergue para ermitaños de la ciudad”, una casa de retiro sin tinte confesional ni religioso, para gente que simplemente busca silencio. No una mera ausencia de ruidos, sino el silencio interior en el silencio exterior, la serenidad del espíritu en la serenidad del espacio, la paz del corazón en la paz del lugar.

    El inconveniente es que cuesta 70 $ al día (unos 50 €), una suma considerable para los tiempos de crisis que corren también por allí. El caso es que la casa –como otras muchas de este estilo en Estados Unidos– está permanentemente solicitada.

    Y en lo que a pagar se refiere, el caso es que también la falta de silencio la pagamos, y bien caro, en forma de diversas dolencias físicas, psíquicas y espirituales. De todos modos, 70 dólares por día para estar en silencio… es para pensárselo dos veces. ¿No habrá manera de encontrar el anhelado silencio algo más barato? Pues sí. Está al alcance de todos.

    Y pienso que el silencio es un asunto de alcance social, como el aire que respiramos o el agua que bebemos, y que en ello nos jugamos en parte nuestro bienestar personal y colectivo. Yo desearía que nuestros pueblos y ciudades dispusieran de albergues de silencio bien cuidados y atendidos, al igual que disponen de cines, centros culturales y polideportivos, o de escuelas y jardines. ¿Es un desatino?

    ¿Qué eran en otros tiempos todavía recientes nuestras iglesias sino espacios de calma y de aliento? (O debían haberlo sido, pues la pobre gente salía con frecuencia de las iglesias con más congoja y angustia que a la entrada). Ahora que muchas iglesias se vacían y se cierran, no estaría mal que algunas de ellas se transformaran en espacios laicos de silencio y de paz. He dicho “laicos”, pero ¿qué hay de más sagrado?

    El ruido nos asfixia. Y no hablo en primer lugar del agobiante fragor del tráfico que nos envuelve, que también. Pero hay ruidos peores: libros, tertulias, anuncios, mensajes, móviles, iPhones, iPads… acaban siendo más atronadores que el tráfico más atronador. Y el peor de los ruidos, con mucho, es el más callado, el que todos llevamos dentro. Este torbellino incesante de nuestra mente. Esta extenuante baraúnda de nuestros pensamientos, que nos tiene en permanente estado de dispersión y desazón, de pesar del pasado, de miedo del futuro, de agotador empeño de ser lo que no somos y tener lo que no tenemos.

    No podemos vivir así. Necesitamos espacios de silencio externo, y mucho más aun espacios y tiempos de silencio interior. El silencio y la paz exteriores son muy beneficiosos, pero no garantizan nada por sí mismos, pues los ruidos más perniciosos los llevamos dentro. “Hay personas que guardan silencio, pero su corazón no cesa de condenar a los demás”, enseñó un monje cristiano de los primeros siglos, y nos interpela a los que, aparentemente guardamos más silencio. No guardamos silencio si no vivimos en paz.

    Busca más adentro la paz y el silencio. Dedica a ello 20 minutos al día por lo menos. Siéntate, siéntete, respira. Respira sin hinchar el pecho, llenando tus pulmones de modo que empujen el abdomen hacia abajo, cuanto más abajo posible. Estate así, inspirando, espirando, en silencio. En el silencio hay Paz, todo está en paz. Estate en paz. Deja que tus miedos, rencores, deseos se disuelvan y desvanezcan poco a poco, y que no te importe si persisten ahí. Está en tu mano. Pon disciplina y empeño, pero en paz, como el agua, sin “empeño”.

    En todo lugar podrás hallar un albergue de silencio: en una iglesia o junto al mar, en el monte, en el salón de tu casa, en medio de una plaza, en el coche, en el trabajo. Es tan beneficioso, y tan barato…

    José Arregi

  • Respiración abdominal

    Este texto está extraido de «El libro de los Chakras» de OSHO. Osho genera un estímulo en mí porque cuando lo leo o bien digo «no, claramente no estoy de acuerdo con esto»… o bien me digo «que bien y que claro ha explicado lo que yo tenía por ahí en mi cabecita». Osho te ayuda a conocerte un poquito más, tus creencias.

    El primer cuerpo recibe el nombre de annamaya kosha, el cuerpo del alimento, de la tierra. Si dejas de alimentarte tu annamaya se marchitará.Tenemos que ser muy conscientes de lo que comemos porque lo que comes es lo que te constituye, porque antes o después lo que comes se transformara en sangre, huesos, médula…la pureza en la comida origina un annamaya puro. Si el primer cuerpo está sucio será dificil crear una gran conciencia.. por eso cuando comes mucho tu cuerpo se aletarga y pierdes conciencia.

    Pranayama kosha es el segundo cuerpo, el cuerpo energético. La acupuntura trata en este nivel. Este segundo nivel ya se puede fotografiar, es lo que llaman bioplasma, prana o chi. En la unión Soviética se descubrió que antes de que tu cuerpo tenga una enfermedad, tu cuerpo de energía ya la tiene aproximadamente 6 meses antes y después pasará al cuerpo físico.

    Por eso el yoga hace hincapié en la respiración porque esta energía viaja por el cuerpo a través de la respiración. Si respiras correctamente tu pranayama kosha estara vivo, ileso. Esta persona estará llena de energía para hacer todo lo necesario en la vida. Cuando respira un niño, su pecho no se mueve, la barriga sube y baja, los niños tienen un poco de barriga(hara) que es su reserva de energía por eso no se cansan y los padres sí lo hacemos.

    En la forma correcta y natural de respirar no usas el pecho, lo puedes utilizar algunas veces, en casos de emergencia(cuando te persigue un león), la naturaleza nos ha dado un dispositivo de emergencia, el tórax.

    Observemos como respiramos, a veces la prisa …el querer hacer muchas cosas… nos hace tener una respiración torácica y la respiracion de emergencia se vuelve nuestra única respiración.

    Si respiras constantemente con el pecho aparecerá la tensión mental y si siempre siempre respiras con el pecho aparece el miedo, estarás tenso, siempre huyendo.

    Si has estado respirando con el pecho mucho tiempo habrás desarrollado una musculatura que no te permite respirar de la manera correcta.Técnicas como el Rolfing y el Yoga ayudan a recuperar los músculos adecuados para una respiración abdominal y recuperar nuestra respiración natural, bajarla y perder el miedo, para ganar energía y vitalidad.

     

    LiBRO DE LOS CHAKRAS-OSHO

  • La ciencia del mantra. Sri Swami Purohit

    Introducción a la ciencia del Mantra

    índice

     

    Hay varias formas de conectar con el alma. El yoga, la meditación, el amor al trabajo son algunas de ellas. Otra de las formas de conectar con el Alma es mediante la oración o el mantra.

    El mantra es la expresión de la experiencia de iluminación que tuvieron los grandes sabios. Los mantras fueron revelados por ellos para recrear en el practicante la misma experiencia de iluminación.

    El mantra está cargado de energía espiritual. Cada uno de los sonidos crea una vibración espiritual única que produce una concentración completamente enfocada en el practicante.

     

    Todos los patrones de comportamiento inconscientes se van limpiando y eso crea una profunda sensación de  bienestar y esperanza que facilita el camino hacia la maestría del propio Ser.

    El mantra abre nuestra capacidad intuitiva y la práctica del mantra puede ser utilizada para trasladar la voluntad humana a la acción, también para mejorar cualquier aspecto de la vida.

    Para que el mantra funcione, el alma debe estar despierta. Cuando un maestro iluminado te ofrece el regalo de un mantra, es una gran bendición, porque desde ese momento, si lo recitas, se produce una profunda transformación en nuestro Ser.

  • Los sujetadores-«Le Journal de Michel Dogna”

    Una de las partes más eróticas del cuerpo femenino es el pecho y, por asociación de ideas, también lo es el sujetador. Por eso se ha convertido en un elemento clave de la moda, y su uso se ha impuesto hasta convertirse casi en una obligación.

    Aún así, en los años treinta se publicó un primer estudio en el que ya se relacionaba al sujetador con el incremento de casos de mujeres con cáncer de mama. Desde entonces se han ido sucediendo estudios de investigadores y médicos que también se han publicado, pero que no han tenido apenas repercusión entre la población femenina, a menudo condicionada por los medios de comunicación y la publicidad.

    Veamos el asombroso resultado de uno de esos estudios: 3 de cada 4 mujeres que sufren cáncer de mama suelen usar sujetador, mientras que en el caso de las que nunca lo usan, solamente una de cada 168 lo sufre. Por tanto, el riesgo de sufrir cáncer de mama es 125 veces mayor si se utiliza sujetador. Llevarlo supondría un riesgo 12 veces mayor de sufrir cáncer que fumar.

    Sujetador y circulación linfática

    Un estudio muy reciente llevado a cabo por dos expertos en medicina antropológica vuelve a destacar la relación existente entre llevar sujetador y el cáncer de mama. El sujetador comprime los diversos ganglios y canales linfáticos, las toxinas ya no se pueden eliminar de manera natural mediante el drenaje linfático y se acumulan en la mama originando con el tiempo quistes, nódulos fibrosos y tumores cancerígenos.

    Los capilares linfáticos son subcutáneos y microscópicos. Se comprimen con una ligera presión, impidiendo que la linfa cargada de productos de desecho los deposite en los vasos o incluso en los ganglios. La linfa entonces se estanca y las toxinas que no ha podido liberar se vuelven nocivas. Llevar el sujetador más o menos apretado por los elásticos, refuerzos o copas que elevan el pecho comprime estos capilares y vasos linfáticos, obstruyendo la circulación.

    Además, los sujetadores hacen que la temperatura de los senos aumente considerablemente debido al tejido que cubre las mamas y a la compresión a la que se ven sometidas. Esto se ha podido comprobar mediante estudios termográficos. Sabemos que una mama precancerosa o cancerosa tiene una temperatura mayor que una mama sana.

    El masaje natural que se produce si no se lleva sujetador

    El movimiento natural del pecho al caminar, cuando no se lleva sujetador, produce un masaje que permite que la linfa circule. Cuando se interfiere en este movimiento natural, la linfa ya no puede circular, las toxinas se acumulan y aparecen los quistes y tumores.

    En algunas partes del mundo (Japón, Fiji, regiones maoríes o indias…) no dudan en hacer campaña para volver a utilizar la ropa tradicional que deja los pechos en libertad, después de la aparición de cáncer en mujeres tras haber adoptado la forma de vestir occidental.

    Una falsa necesidad

    Desde 1978, varios estudios médicos llevados a cabo en Francia, Estados Unidos, Japón y Gran Bretaña han señalado que, a diferencia de lo que se creía, el sujetador puede aumentar la caída del pecho. A pesar de ello, la industria textil no deja de pregonar lo que ningún estudio médico confirma.

    Algunos estudios paralelos realizados en Japón y también en Francia por el profesor Jean Denis Rouillon, especialista en medicina deportiva del Centro Hospitalario Regional Universitario (CHU) de la ciudad de Besançon, han demostrado que llevar sujetador favorece la caída del pecho. “Las mujeres son partidarias de dejar de llevar sujetador, tanto por comodidad como por estética. Contrariamente a lo que se pensaba, no sólo el pecho no se cae sino que se reafirma, se levanta y la calidad de la piel mejora”.

    Así es. Al utilizar sujetador, los ligamentos de Cooper y los músculos cutáneos, que son el sostén natural del pecho, dejan de trabajar, atrofiándose mientras el pecho pierde su firmeza, descolgándose aún más rápido con el paso del tiempo.

    Los senos se encuentran recubiertos por una membrana fina y muy resistente, que a medida que desempeña su función se vuelve aún más fuerte. A su vez están suspendidos por sus ligamentos, como si de una redecilla se tratase. De ahí que en ocasiones, al dejar de llevar sujetador, se pueda experimentar una desagradable sensación de tirantez que se prolonga unas semanas hasta que recuperan su firmeza.

    El desarrollo en las niñas

    Condicionadas por nuestra sociedad, las madres disfrazan a sus hijas con este complemento desde el mismo momento en que les empieza a crecer el pecho. Este gesto ya contribuye a que se empiece a caer el pecho, puesto que los elementos anatómicos de suspensión del seno, tanto musculares (platisma) como conjuntivos (fascia), se fortalecen durante el desarrollo de la niña, cuando la fuerza de la gravedad o los movimientos mecánicos que se producirían si no se llevara sujetador se están ejercitando.

    Un sostén mecánico natural

    Mediante la colocación de sensores en el cuerpo de mujeres atletas, investigadores deportivos han podido descubrir que, durante la práctica deportiva, el pecho se mueve 6 cm de arriba abajo y 9 de izquierda a derecha. Estos movimientos (que con un sujetador se reducen en un 70%) permiten que el pecho se adapte y que multiplique de forma natural su sujeción. Tan desconcertante como asombrosa es la constatación de que, a pesar de todo lo que nos habían dicho, después de tres años de estudio a estas atletas no sólo no se les había caído el pecho, ni menos aún se les había quedado flácido, sino que hasta se les había realzado.

    Estudio médico sobre la evolución de la comodidad de no usar sujetador (2009)

    Al comenzar el estudio, el 42% de las participantes no se sentían cómodas sin sujetador. Tres meses después, la incomodidad había desaparecido. Tres años después, a nadie le duele ni le molesta ya no usar sujetador en sus actividades habituales, incluidas las deportivas. ¡El ángulo del eje del pezón con respecto a la horizontal aumenta de media un 180%!

    Desde el punto de vista estético se trata de un cambio positivo, ya que sería el efecto contrario al de la caída del pecho (ptosis mamaria). El seno sin sujetador se hace más fuerte. No usar esta prenda proporciona a la mujer un pecho con más firmeza natural y más elevado, contrariamente a lo que se creía.

    Desaparición de los dolores al dejar de utilizar sujetador

    Dos cirujanos británicos, especialistas en patología de la mama, han llevado a cabo ensayos en dos clínicas en Inglaterra y Gales. Han realizado un estudio con mujeres para comprobar si el hecho de no utilizar sujetador podía disminuir los dolores de pecho. Según su investigación, la mayoría de las participantes sentían menos dolor después de tres meses sin utilizar sujetador. Para el estudio solicitaron a las mujeres que sustituyeran el sujetador por una especie de camiseta elástica o top, o incluso que no llevaran nada. Al terminar el estudio, ninguna deseaba volver a utilizar sujetador porque habían ganado en bienestar y comodidad.

    Otro estudio ha arrojado los siguientes resultados con respecto al tratamiento del dolor de hombros en mujeres con mucho pecho. En la investigación, realizada a lo largo de cinco años, se propuso a las pacientes que durante dos semanas aligeraran el peso que ejercía sobre sus hombros el uso del sujetador dejando de usar éste. Según el estudio, a largo plazo se lograba que desapareciera el dolor de hombros simplemente dejando de utilizar sujetador. De hecho, el 79% de las pacientes decidieron, después del estudio, descargar de manera permanente a sus hombros del peso del pecho desprendiéndose definitivamente del sujetador, ya que se sentían liberadas.

  • Las hijas que son y las que nos gustarían que fueran. Desconocido.

    No somos la perfección que proyectamos.He leido un blog de alguien, y no consigo encontrar quién, pero dejo aquí sus sabías palabras… espero os ayuden como madres y padres.

    «En un momento soltamos todo nuestro amor incondicional hacia nuestros hijos y al siguiente instante suplicamos por media hora de descanso en el sofá, una lectura o  en algunos casos, ver una serie ridícula de televisión.

    Vivimos lo que hay en nuestro interior.

    No puedes vivir el amor incondicional si no te amas a ti misma incondicionalmente (con las sombras, los egoísmos, las contradicciones…)  De la misma manera, no podrás respetar verdaderamente a tus hijos hasta que no te respetes a ti misma, hasta que comprendas (no mentalmente, sino corporalmente) que significa la palabra Respeto (tan de moda en la crianza con apego).

    Pero es este caso, quiero hablar de las hijas que son y de las hijas que nos gustarían que fueran. Y voy a usar principalmente «hijas» porque la fusión que las madres sentimos con nuestros retoños, se forja especialmente intensa con las hijas. A ellas les transmitimos nuestra feminidad junto con la de nuestras antepasadas y, en una cadena, será ella quien la transmita a sus propias hijas. Cuando las niñas cumplen los seis años dejan atrás su primera infancia. Al mirar frente a frente a nuestras hijas, nos vemos reflejadas en nuestras carencias, traumas, inquietudes, temores y deseos incumplidos. Muchas hemos dejado nuestro trabajo y nos hemos centrado en dar todo el amor que necesitaban y requería una crianza más humana que la que nosotras mismas tuvimos. Una crianza, eso sí, llena de retos, altibajos, soledad y dolor; pero una crianza mucho más humana que la que nosotras tuvimos. Las hemos cuidado con esmero, les hemos dado pecho a demanda, las hemos arropado y abrazado hasta que ya no podíamos más y, ahora, cuando comienzan a crecer y dejar de ser las bebés dependientes y adorables que eran, miramos con estupor en qué se han convertido: Niñas que juegan con Barbies y Monster High, que les gusta pintarse y hablan de chicos a los siete años. U otras que asisten puntualmente a clase y se creen toda la disciplina escolar (incluso si los padres no se la creen) y enfocan su vida en los conocimientos académicos. Otras, tímidas y pérdidas, como si no pudieran encontrar, a pesar de todos los esfuerzos, la fuerza para salir adelante por sí mismas o las que se vuelven locas por la televisión y las golosinas. Hijas de madres vegetarianas que devoran bocadillos de jamón. Niñas criadas entre algodón orgánico que   lloran desconsoladamente delante de una tienda de los chinos. Niñas educadas con apego que presentan miedo escénico o dependencia…

    Y las madres de las hijas algo mayores miramos incrédulas a nuestras criaturas sin saber bien qué ocurrió, dónde estuvo el fallo, por qué ella no es como debía ser… ¿Cómo debía ser? Y entonces, una vez más, nuestras hijas, que en verdad son nuestras maestras, nos enseñan la lección. Ellas no han venido aquí para cumplir nuestros deseos ni cerrar nuestras heridas. Ellas están aquí para vivir su propia existencia. No vinieron a ser unas artistas sensibles y creativas por nosotras, ni a cambiar el mundo por nosotras, ni a despreciar las cosas que no nos gustan a los adultos, ni vinieron a ser más espirituales o mejores que nosotras… ¿Quién nos dijo que eso iba a ocurrir? Ni siquiera vienen a estar de acuerdo con nosotras ni mantener nuestros ideales o valores.

    Ellas son libres, espíritus de la vida que necesitaron de nuestros cuidados y protección durante los seis o siete primeros años. Ahora necesitan nuestra confianza y amor. Si durante la primera infancia, la base fue el cuerpo, el contacto, la leche y el calor; ahora, a punto de entrar en la pubertad, la base podría ser la aceptación. Aceptar que nuestra hija siente, vive, aprende, ama, desea de manera diferente a como nosotras lo hacemos. Aceptar que no redimiremos nuestro pasado a través de sus actos. Aceptar que la vida se nos ofrece en tonos y no en colores absolutos, que nuestra mirada no es la única, ni la mejor. Aceptar que el amor está por encima de las formas. Y, entonces, quizá las madres habremos aprendido otra lección.

    Os dejo con unos versos que leo y releo a menudo.

    “Tus hijos no son tus hijos,
    son hijos e hijas de la vida,
    deseosa de sí misma.

    No vienen de ti,
    sino a través de ti,
    y aunque estén contigo,
    no te pertenecen.
    Puedes darles tu amor,
    pero no tus pensamientos,
    pues ellos tienen sus propios pensamientos.
    Puedes abrigar sus cuerpos,
    pero no sus almas,
    porque ellos
    viven en la casa del mañana,
    que no puedes visitar,
    ni siquiera en sueños.
    Puedes esforzarte en ser como ellos,
    pero no procures hacerles semejantes a ti,
    porque la vida no retrocede ni se detiene en el ayer.

    Tú eres el arco del cual tus hijos,
    como flechas vivas,
    son lanzados.
    Deja que la inclinación,
    en tu mano de arquero,
    sea para la felicidad.”
    Khalil Gibra»

  • meditación

    Menos acción, más meditación

    MIRIAM SUBIRANA 5 FEB 2012
    Las prisas y los continuos ruidos que provienen del exterior distraen nuestra atención y energía. Reservar unos momentos para meditar nos aporta beneficios cognitivos y psicológicos.

    La meditación es el camino para aquietar y silenciar las maquinaciones de la mente complicada. Meditar es restaurar el estado de nuestra verdadera naturaleza interior para vivir en armonía. Nos abre a la comprensión intuitiva y a un alto grado de concentración, que no se basa en el pensamiento racional. Es una forma de acallar los ruidos que distraen nuestra atención y energía constantemente.

    La meditación ofrece múltiples beneficios comprobados científicamente. Un equipo de psiquiatras, liderado por el hospital General de Massachusetts, realizaron un estudio que documenta cómo la práctica de la meditación afecta positivamente a nuestro cerebro. Según sus conclusiones, publicadas en Psychiatry Research, seguir un programa de meditación durante ocho semanas puede provocar considerables cambios positivos en las regiones cerebrales relacionadas con la memoria, la autoconciencia, la empatía y el estrés. Lo que hasta ahora pertenecía al ámbito espiritual nos transforma físicamente y puede mejorar nuestro bienestar y salud.

    Visualizar ayuda a superar hábitos saboteadores, intensifica la automotivación y concreta y clarifica sus metas

    «Aunque la práctica de la meditación está asociada a una sensación de tranquilidad y relajación física, los médicos han afirmado que la meditación también proporciona beneficios cognitivos y psicológicos que persisten durante el día», explica la psiquiatra Sara Lazar, autora principal del estudio.

    Meditar nos da la experiencia de serenidad y concentración esenciales para la construcción de una auténtica autoestima y para afianzar la confianza en uno mismo y en los demás.

    DEBIDO A NUESTRA ADICCIÓN a la acción, no vemos el valor de sentarnos un rato en silencio contemplativo. La meditación bien practicada ofrece resultados relativamente pronto. Se puede meditar en grupo y con los ojos abiertos. Alguien nos puede guiar en la meditación, pero no necesitamos un maestro. Es bueno canalizar bien el pensamiento y no necesitamos un mantra para hacerlo.

    En definitiva, no hay excusas para no meditar. Nos frenan la adicción a la acción, la pereza y la falta de visión. Estamos acostumbrados a presionarnos, a actuar cada vez más rápido, y así creemos que no tenemos tiempo. La disponibilidad del tiempo y cómo se usa es decisión de cada uno. «Tengo amigos empresarios que meditan brevemente entre reunión y reunión, unos segundos», nos explica Gaspar Hernández. «Esta sencilla práctica les ha cambiado la vida. Dejan de ser esclavos de las circunstancias externas».

    Para empezar, cree un lugar de paz. Resérvese un lugar en casa que pueda usar para meditar, aunque solo sea un sillón. Y, a ser posible, hágalo también en su lugar de trabajo. Coloque en ese lugar dos o tres objetos que representen para usted la paz. En ese espacio tendrá la oportunidad de preparar el día cada mañana y, por la noche, descargar su mente de los pensamientos, sentimientos o vivencias que le carguen de malestar.

    Dedíquese durante un par de minutos a crear y establecer las reglas mentales para su espacio de meditación. Imagine que el espacio está rodeado de una burbuja invisible. En el momento que entra en la burbuja deja de preocuparse, de recordar el pasado, de juzgar y criticar. Si advierte que vuelve a caer en esos hábitos, regrese con suavidad a un espacio interior libre de esos impulsos mentales.

    Mike George, coucher de inteligencia emocional, nos explica de forma resumida los siete hábitos que pueden sabotear su meditación y retrasar la recuperación de la paz interior: 1. Preocuparse. 2. Pensar en el pasado. 3. Juzgar. 4. Criticar. 5. Culparse. 6. Ser catastrofista. 7. Dudar.

    Siga el consejo de Anthony de Mello, jesuita famoso por sus libros de espiritualidad: «Medita, contempla los muros; observa tus ideas, tus hábitos, tus apegos y tus miedos, sin emitir juicio ni condena de ningún tipo. Limítate a mirarlos y se derrumbarán». Visualizar le ayudará a superar esos hábitos saboteadores. Consiste en crear imágenes positivas en su mente fortaleciendo su voluntad para alcanzar aquello que afirma con una buena actitud. Con la visualización intensifica las experiencias de afirmaciones positivas y de automotivación. Visualizar le ayuda a concretar y a clarificar sus metas. Por eso, muchos deportistas olímpicos utilizan esta técnica.

    Puede crear y escribir afirmaciones acerca de lo que le hace sentir pleno:

    – Confío en que cada desafío aparece porque soy capaz de afrontarlo.

    – Soy libre para decidir cómo me siento y para ser feliz.

    – Respeto mi intuición.

    – Soy fuerte y puedo ser. Yo puedo.

    – Me atrevo a ser diferente.

    – Creo en mí.

    Escriba sus afirmaciones, y cada mañana medite sobre ellas para vivirlas durante el día.

    EMPIECE A MEDITAR. Encuentre un lugar tranquilo y acogedor. Una música suave y una luz tenue pueden ayudarle a crear un ambiente adecuado. Siéntese cómodamente, manteniendo la espalda recta y relajada. Respire hondo y relaje los hombros y brazos. Con los ojos abiertos, elija un punto enfrente de usted y descanse ahí la mirada. Así no se dormirá.

    Cuando el cerebro pasa de crear ondas beta (de acción) a ondas alfa (de relajación) tiende a dormirse. Meditar con los ojos abiertos le ayuda a entrar en un estado de ondas alfa sin dormirse. Las ondas alfa regeneran el sistema nervioso, inmunitario y hormonal.

    Gradualmente aparte su atención de todas las distracciones. Dirija su atención al interior del entrecejo. Observe sus pensamientos, no los juzgue ni se deje llevar por ellos, solo obsérvelos. Decida crear pensamientos de paz. Sienta su presencia. Repita pensamientos e imágenes positivas referidas a su persona formulados como afirmaciones. «Soy un ser de paz», «soy vida». Déjese inundar por la serenidad. Reconozca los buenos sentimientos que surgen. Visualícese siendo así en sus relaciones y circunstancias habituales. El poder de la visualización meditativa radica en ayudarnos a crear la realidad que visualizamos. Observe su respiración y termine su meditación cerrando los ojos durante unos instantes, creando un silencio completo en su mente

    1. Libros

    – ‘Misión de amor. Viaje espiritual de un médico’, de Roger Cole (Kier).

    – ‘Transformar la ira en calma interior. Claves para recuperar tu equilibrio emocional’, de Mike George (Oniro).

    – ‘A la luz de la meditación. Una guía para meditar y alcanzar el desarrollo espiritual’, de Mike George (Kier).

    – ‘La meditación. Introducción a la técnica, sus tradiciones y sus beneficios’, de Erica Smith y Nicholas Wilks (Oniro).

    2. Película

    – ‘El fin es mi principio’, de Jo Baier.

    3. Música

    – ‘El mejor álbum de relajación del mundo’ I y II, de varios autores (EMI-Odeón).

     

    Detenerse, observar, reevaluar, controlar pensamientos y sentimientos y cambiar creencias requiere energía. No una energía que obtendrá de fuera, sino la energía de la verdad que lleva dentro. Cuando lo olvidamos, nos contaminamos con el estrés y las preocupaciones innecesarias y aparecen los miedos que nos bloquean. Necesitamos mirar hacia dentro y aprender a nutrir nuestro ser. Para conseguirlo hay que dedicarle un tiempo. Igual que cada día reservamos un rato para comer y cuidar el cuerpo; nos debemos preguntar qué alimento le damos a nuestra mente para que cree pensamientos positivos que produzcan sentimientos de bienestar.

  • Articulo de Elvira Lindo.

    Este es un artículo que me ha mandado una de vuestras compañeras. Yo ya había leido sobre una alemana que hablaba de como los móviles habían hecho grandes avances en la sociedad pero como nos sacaban del presente. Este artículo de Elvira lo explica a su manera. Gracias María por compartirlo.

    NO ME QUIERAS TANTO. Elvira Lindo.

    De un tiempo a esta parte quedo con personas que, en realidad, no tienen un gran interés en charlar conmigo. Esto podría minar mi autoestima pero una suerte de optimismo insensato me lleva a pensar que amar y no hacer ni puto caso pueden ser compatibles. Yo sé que esas personas que no muestran mucho interés en hablar conmigo me quieren. Si no fuera así, entendámonos, no quedaría con ellas. Esas personas me escriben mensajes rebosantes de cariño: por e-mail, por sms, por Whatsapp, por Facebook, por activa y por pasiva. Y en esos mensajes hay frases tan apasionadas que parecen extraídas de un bolero. Son frases que antes en España no se decían pero que, ahora, gracias a la revitalización del género epistolar propiciado por las nuevas tecnologías, están en auge. Esas personas me dicen que me adoran. Que me adoran y que cuentan los días para verme. Que cuentan los días y que me quieren. Que me quieren y que nos va a faltar tiempo en una cena para contarme todo lo que me tienen que contar. Que nos va a faltar tiempo y que están deseando conocer mi opinión. Que desean conocer mi opinión y que nadie como yo para compartir este y otro secreto. ¿Y por qué? Porque soy adorable. Eso me dicen. El mundo de la tecnología ha bolerizado el género epistolar. Ha generalizado el lenguaje de las postales románticas y ahora lo que toca es escribirse con palabras de novios antiguos de los años cuarenta. Y, aunque yo soy de esa generación en la que si tus padres te decían «te quiero» es porque o se iban a morir ellos o te ibas a morir tú, tengo el corazón débil y, cuando una persona me pide una cita con palabras tan melosas, soy incapaz de no creerme un poco la pasión que sienten hacia mí. Esas personas son las que te reciben con los brazos abiertos en un restaurante, te dan un beso apretado y unen sus pechos sin pudor contra tus pechos, por no hablar de otras partes que también entran en contacto, en estos abrazos actuales; sean hombres o mujeres los que intervengan en ellos. Esas personas son las que acto seguido de desdoblar la servilleta y ponerla sobre sus piernas, sacan el móvil del bolso o de la chaqueta y lo colocan al lado del plato. Esas personas de las que hablo, las mismas que me adoran por escrito, suelen tener un iPhone o una Blackberry, a través de los cuales me escriben a mí esos deliciosos mensajes. El problema es que mientras están conmigo no renuncian a comunicarse con terceras personas. Con un ojo me miran a mí, que estoy situada a la izquierda, por ejemplo, y por el rabillo del otro, miran a su querido aparatito. Suena una campanilla. Les ha entrado un mensaje. Lo leen tan rápido que casi no lo noto. Entonces, sonríen. Sonríen como si alguien les hubiera contado un secreto, o algo picante, o como si les acabara de llegar una información crucial. Pero, desde luego, no sonríen por la conversación que tiene lugar en la mesa. Esas personas, las mismas que, con desesperación, anhelaban verte, te dicen, perdona, perdona un momentito, y se ponen a teclear un mensajito con un solo dedo. Qué dedo más rápido tienen esas personas. Es un dedo entrenado para escribir como si a uno le hubieran amputado la mano izquierda. Una vez terminado el mensaje la conversación continúa. Continúa hasta que vuelve a sonar de nuevo la campanilla: el amante, el amigo, el jefe, el cómplice, el plasta, ha contestado. Nueva sonrisa de esas personas que nos quieren tanto. Y como poco a poco van perdiendo la vergüenza, toman el iPhone o la Blackberry con las dos manos y teclean entonces con los dos pulgares. Qué maravilla de pulgares. Parece que han ido a una academia de mecanografía con pulgares para iPhones. Viene el camarero a tomar nota de la comanda y como las personas que tanto me quieren están ya apoyadas en el plato escribiendo a velocidad de vértigo mensajes tan apasionados, imagino, como los que me pusieron a mí, soy yo la que encarga el vino, el picoteo del principio y, si se me ha informado antes, el plato elegido por las personas que tanto deseaban este encuentro. No siempre una se siente ignorada, en lo absoluto. Hay ocasiones en las que los dueños de la Blackberry o el iPhone te hacen partícipe de los mensajes recibidos, y tú puedes aportar algo en las contestaciones. A veces se trata de los amantes y entonces ya vives con excitación delegada. Ha habido ocasiones en las que las personas que me quieren se intercambian fotos con dichos amantes. No fotos a lo Scarlett Johansson, porque no son horas. Imagino que ese tipo de instantáneas de corte más íntimo las dejan para cuando están encerrados en el cuarto de baño de su hogar, mientras sus maridos o sus mujeres están acostando a los niños. El móvil ha supuesto una revolución en el universo de la infidelidad. Quiero decir con esto que no soy uno de esos espíritus rancios que discuten las ventajas que para muchos ciudadan@s ha supuesto la irrupción de la nueva telefonía. Solamente quisiera expresar el desconcierto que me produce el que personas que tanto me adoran y desean compartir una hora y media de mesa y mantel conmigo no sean capaces de olvidarse del puto móvil durante un tiempo ridículo de sus hiperconectadas vidas. Que lo comprendo todo, sí, ¡que yo también tengo iPhone!, pero que lo dejo metido en el bolso. Joé.

  • tiempo

    Os dejo aquí una teoria del tiempo que me ha resultado interesante. Gracias a quien me la ha enviado.

    file:///Users/arantxavillaema/Desktop/aceleracindeltiempoteoradecalleman.ppsaceleracindeltiempoteoradecalleman