El otro dia mi querida amiga Carmen me preguntaba que es lo que mas me gusta hacer en el día y sin pensar dije yoga y pensando dije meditar. Son dos estados donde dejo atrás lo cotidiano y me sumerjo en un estado de calma, de ingravidez de la vida. El tiempo se expande y la tensión mental baja. A veces lo describo como el subir de la energía, no hacia abajo donde estas procrastinadora ni desordenada que vá donde quiere. Con la meditación encuentro el estado de orden interno, donde mi interior se ordena y la energía sube. Ordenar el exterior también mola pero es una escala mucho menor.
Algo parecido me pasa cuando estoy con los animales o las plantas. Es una sensación de plenitud o comunión interna. Cuando me voy a dormir y los animales se acuestan a mi lado y descansan, descansa mi alma.
Cuando encuentro el lugar donde la planta me dice y florece, se abre mi alma.