Orígenes mitológicos del yoga

Cuenta la leyenda que el Dios Shiva vivía felizmente con su esposa Pavarti pero ella no era tan feliz ya que podía sentir el sufrimiento del mundo.

Shiva decidió enseñarla los secretos del yoga para así consolarla y lo hizo a la orilla de un acantilado para que nadie pudiese ver dicha práctica sagrada.

Sin embargo un pequeño pez(Matsya) les observaba desde el mar con gran curiosidad.

Así pasó el tiempo y el pez fué memorizando todas las posturas y meditaciones hasta que un dia fué descubierto por Shiva. Este decidió perdonar el haberles estado espiando y decidió convertirlo en hombre y mandarlo a la tierra para difundir el yoga entre los mortales.

Matsyasana con piernas estiradas
matsyasana con piernas flexionadas

Basándonos es esta historia y el lugar donde ocurre, hemos hecho nuestra sesión esta semana.

Con nuestra mente, nos hemos ido a un acantilado con una cueva atrás y un vasto mar delante y justo en le punto medio, ni en el mundo exterior ni en el interior, practicamos esta semana para encontrar, también a través del lugar, el equilibrio.

Mientras hacíamos las diferentes asanas conectábamos con la mente y el mar delante nuestro en la imaginación, con el cuerpo o la tierra de este acantilado y con la respiración conectados a esa brisa marina que podemos casi sentir del lugar.